La violencia intrafamiliar
La violencia intrafamiliar es cualquier tipo de abuso de poder de
parte de un miembro de la familia sobre otro. Este abuso incluye maltrato
físico, psicológico o de cualquier otro tipo. Se considera que existe
violencia intrafamiliar en un hogar, si hay una actitud violenta repetitiva, no
por un solo hecho aislado.
La víctima de violencia intrafamiliar es cualquier persona
considerada cónyuge del agresor o que haya convivido de alguna manera con
él. Así, podría ser hacia un conviviente actual o ex pareja, entre padres
de un hijo común, o hacia un pariente consanguíneo hasta el tercer
grado. Además, es importante destacar que dentro de la violencia
intrafamiliar están considerados el maltrato infantil, la violencia hacia el
adulto mayor, hacia minusválidos y entre cónyuges. En este último tipo de
maltrato el más común es de parte de los hombres hacia las mujeres; sin
embargo, existen también algunos casos de violencia de mujeres hacia hombres.
Los tipos de actos considerados como parte de la violencia
intrafamiliar son golpes o incidentes graves, insultos, manejo económico,
amenazas, chantajes, control de actividades, abuso sexual, aislamiento,
prohibición de trabajar fuera de casa, abandono afectivo, humillación y no respeto
de opiniones. Todos estos tipos de maltratos se pueden clasificar en físicos, si se atenta contra el
cuerpo de la otra persona; sicológicos,
si existe el intento de causar miedo, la intimidación o cualquier tipo de
insulto, descalificación o intento de control; sexuales, si hay un acto sexual
impuesto o en contra de la voluntad de la víctima; y económicos, si no se cubren las
necesidades básicas de la persona.
Se considera que si en una pareja o familia, con menos de cinco
años de convivencia, han habido al menos 3 ocasiones de agresión, esa pareja o
familia puede estar viviendo violencia intrafamiliar. Como una manera de
reconocer si una persona es violenta, se debe identificar si la persona no es
capaz de controlarse en una situación de diferencias de opinión. Si la
persona reacciona con gritos o golpes para defender su postura, entonces se
puede hablar de un agresor.
Los factores que se consideran como causas de que una persona sea
violenta, se asocian principalmente al aspecto sicológico y al social. El
agresor, generalmente no tiene capacidad de autocontrol y actúa
impulsivamente. Lo anterior puede deberse a experiencias infantiles de
violencia que dejaron secuelas en el individuo; también existe la posibilidad
de que sea causa de la presión social y el estrés.
Los asuntos económicos también pueden ser una causa importante de
tensión que genera violencia. Una teoría afirma que cuando algunos hombres
no son capaces de generar suficientes ingresos para mantener a su familia,
surge en ellos una actitud violenta para demostrar hombría de esa manera, no
habiendo podido hacerlo de la otra. Otra teoría también expone que
mientras más equilibrado sea el poder del hombre y de la mujer en la familia, o
el nivel de preparación de ambos, hay menos riesgos de violencia intrafamiliar.
Otros factores incluyen el uso excesivo del alcohol, enfermedades
mentales, autoritarismo y otros.
Tanto el hombre como la mujer son responsables de violencia
intrafamiliar. Mientras el hombre es más propenso a maltratar físicamente,
la mujer lo hace sicológicamente. De todas maneras, el porcentaje es mucho
mayor de parte de los hombres.
Lo importante de todo es saber actuar, dado que en todos los
países existen leyes que protegen al maltratado y castigan al agresor y es
importante que las personas pidan ayuda antes de que la violencia pueda llevar
a la muerte.
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